La kafala o sistema de patrocinio es un dispositivo migratorio a través del cual muchas mujeres africanas y asiáticas vienen a establecerse como trabajadoras domésticas en el Líbano quedando su derecho de residencia vinculado a la persona empleadora-patrocinadora. Por lo tanto, la relación de servicio entre estas mujeres y una persona kafil (tutor o tutora) está eminentemente marcada por el yugo de la dominación .
Tal como se practica en Líbano, la kafala es una práctica al límite de la legalidad, ya que el sector del empleo doméstico está explícitamente excluido del derecho laboral. La kafala se basa en decretos administrativos y restricciones paralegales impuestas por las agencias de contratación y las empleadoras y empleadores. Desde 2009 hay redactado un contrato de trabajo unificado con la intervención del Ministerio de Trabajo y las embajadas, sin que las autoridades competentes prevean ningún control de su cumplimiento. Además, este contrato establece la obligación de residir en la residencia de las personas empleadoras, ignora la confiscación de pasaportes, la prohibición de salida de la empleada de la vivienda, el pago de salarios o un salario mínimo. Otras tantas violencias coercitivas vistas las cuales estas relaciones laborales no libres pueden describirse como esclavitud moderna, como hacen algunas organizaciones internacionales y locales y algunas de estas propias mujeres .